domingo, 31 de octubre de 2010

Affleck confirma su cambio de rumbo

En la ceremonia de los Óscar 2002 Pedro Almodóvar subió al escenario del Kodak Theatre para recoger el premio al mejor guión original por Hable con ella. La persona que se lo entregó no era otra que Ben Affleck, ganador del premio años antes junto a su gran amigo Matt Damon por El indomable Will Hunting. Mientras la gran diva del cine español exponía su discurso pacifista de agradecimiento, alguno pensaba que para que la escena hubiera sido perfecta debería haber sido otro el que le acompañara, y no un guaperas graciosete cuyos méritos se reducían en aquel entonces a colaboraciones con Kevin Smith y superproducciones palomiteras.

Sin embargo, en el año 2007 la vida y la obra de Ben Affleck dio un giro copernicano. Affleck sorprendia a propios y extraños con su debú en la dirección. Rodeado de un gran elenco actoral que encabezaba su hermano pequeño, el extraordinario Casey Affleck, Ben adaptaba una novela de Dennis Lehane al cual ya había llevado a la gran pantalla Clint Eastwood. Con Mystic River el nivel estaba por las nubes y aunque no alcanzara las cuotas de emoción de su predecesora, Affleck no salió perdedor y dotó a su película de personalidad, convirtiéndola en un thriller envolvente.

Ahora, y tras pasar por la sección oficial del Festival de Cine de Venecia, llega a nuestras pantallas The Town, film que nos narra la historia de un ladrón que junto a su banda se dedica a robar bancos en la ciudad de Boston, ciudad donde pasó su infancia el director y lugar común al que regresa tras su ópera prima.

Aflleck lleva a cabo un nuevo ejercicio de calidad y vuelve a enseñar grandes virtudes: sin grandes efectos visuales, efectúa una realización sencilla y austera pero sin renunciar a los momentos de acción que reclama el género, enseñándonos algo que él conoce muy bien. Su ciudad y los códigos éticos en los que se mueven sus vecinos y amigos.

Por desgracia para nuestro protagonista, el espectador volverá a encontrarse con un referente más o menos cercano, lo cual no debe tergiversar nuestro juicio. Por supuesto, no estamos ante Heat, obra maestra del subgénero de ladrones, pero podemos decir que hemos encontrado un director con temple, con el conocimiento suficiente para contar historias de manera elegante, con la pausa y el ritmo adecuado cuando lo requiere la trama.

En definitiva, Ben Affleck se confirma como un autor en ciernes al que le queda mucho recorrido por caminar y mejorar...Al menos ya ha hecho su penitencia como actor con abortos como Las fuerzas de la naturaleza, Gigli o Daredevil.

Si el manchego universal volviera a recibir un premio de la Academia intuyo que no nos importaría que se lo entregara Ben Affleck.

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