domingo, 27 de febrero de 2011

Dicen que a la tercera va la vencida...

Dicen que a la tercera va la vencida, y eso en los Óscar se ha cumplido más de una vez. A pocas horas de la ceremonia de los premios de la Academia una de las películas nominadas cumple con el dicho. Se trata del epílogo a la historia de los juguetes de Pixar. Se trata de Toy Story 3.

Estamos ante la tercera parte de una gran saga, que para bien o para mal rompe con las anteriores en cuanto a premios se refiere. Fue la tercera entrega de El señor de los anillos la que consiguió por fin llevarse el premio a la mejor película y fue la tercera parte de El padrino la única de la saga que no se llevó ese mismo galardón. 

En este caso, Toy Story 3 podría ganar el Óscar a la mejor película o el de mejor película de animación, hecho que no hicieron sus predecesoras.  Este dato en realidad solo serviría para confirmar los pronósticos que la dan como favorita al largometraje de animación pero podría parecer un tanto osado en cuanto al galardón principal al cual parece estar ensombrecida por sus competidoras más acérrimas La red social y El discurso del rey. 

Sin embargo, hete aquí que nos encontramos que con anterioridad únicamente dos peliculas de animación optaron al Óscar a la mejor película. Fueron La bella y la bestia y Up. Casualidades de la vida Toy Story 3 es la tercera película de animación nominada a ese premio...

Puede que mi apuesta sea un tanto temeraria y no tenga ese don para la adivinación que poseen otros. Es cierto. No tengo ese don. Pero al menos dejadme soñar.

jueves, 17 de febrero de 2011

La leyenda del Rey Arturo

"El Rey sin espada. La Tierra sin Rey."


Desde que allá por el siglo XV Thomas Malory concibiera a través de su obra La muerte de Arturo la leyenda del Rey Arturo, de los caballeros de la mesa redonda, de Camelot, de Excalibur, de Merlín, de Ginebra y Lancelot, era evidente que este mito bretón, entre lo humano y lo divino, sería representado en 24 fotogramas por segundo. Os muestro a continuación sus cinco adaptaciones más ilustres. Unas, más dignas que otras.


Los caballeros del rey Arturo (1953) La dupla Robert Thorpe y Robert Taylor recrean el mito arturico para gloria del segundo en una technicolorista y cinemascopiana superproducción de aventuras con todos los ingredientes del entretenimiento al más puro estilo Hollywood clásico. Espadas, duelos a muerte, caballeros, amor, y batallas para un director adepto a estas historias (véase Ivanhoe o El prisionero de Zenda). Aunque el film lastra su inocencia y el paso del tiempo se ve con agrado, sobre todo siendo Ginebra el animal más bello del mundo. Para nostálgicos del technicolor y del fascistoide, pero gran actor, Robert Taylor.

Camelot (1967) No podía ser otro el elegido que Joshua Logan, director amante de los musicales y los triangulos amorosos como Paint the wagon o Picnic, para llevar a la gran pantalla este musical basado en la leyenda de uno de los laberintos sentimentales más celebrados de la historia de la literatura. Un tanto tedioso por momentos, este musical siempre será recordado por el inicio de la relación "extralaboral" entre la gran dama Vanessa Redgrave y el turbio Franco Nero. Para amantes del musical, absténgase el resto.

Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores (1975) Los Monthy Python dan una vuelta de tuerca cómica al Rey Arturo y a sus caballeros en su primera historia completa para el Cine. Oda al surrealismo, su primera media hora es de un humor sublime, ejemplos de ello, la conversación entre el Rey y una plebeya republicana o el duelo a muerte. Sin embargo, el resto del metraje se pierde en absurdeces no aptas para estómagos poco agradecidos como el de un servidor. Para seguidores acérrimos de los Monthy Phyton y para los que quieran disfrutar de media hora de carcajada surrealista.

Excalibur (1981) Hasta la fecha, la traslación definitiva a la gran pantalla del mito del Rey Arturo. Endogámica, pagana, épica, terrenal y mágica. Esta epopeya de John Boorman consigue una atmósfera única y mitológica en consonancia con la leyenda. Imagenes liricas - el puente que lleva al Grial, la marcha de los caballeros bajo los almendros, la dama del lago, la escena final y el Ocaso - se mezclan con otras lúgubres - el bosque de los ahorcados, los encantamientos de Morgana y Merlín, la concepción de Arturo o Mordred - que te sumergen en la historia de la mesa redonda, su ascensión y caída. Siempre en simbiosis con la tierra, como tanto le gustaba al autor de Deliverance o La selva esmeralda, el paisaje es un elemento que muda y se transforma en función del devenir de la narración, convirtiéndose en un personaje más en conexión con el hombre y su destino. Obligada referencia para adaptaciones futuras y para todos aquellos que amen el mito.





El primer caballero (1995) Jerry Zucker (Aterriza como puedas o Top Secret) perpetró esta empalagosa historia al servicio de Richard Gere y de sus fanáticos/as incondicionales. Con un guion risible, escenas de un romanticismo ridículo, un cásting pésimo - Sir Sean Connery parecía el abuelo de la aquí insípida Julia Ormond y Richard Gere el modelo de Grecian 2000 - y una dirección de vergüenza ajena, el film se aproxima a una caricatura de una obra que con seguridad partía con altas pretensiones. Recomendada a fanáticos/as de los actores protagonistas...y a nadie más.

El Rey Arturo (2004) Antoine Fuqua cuyo mayor logro ha sido la excesiva y sobrevalorada Training Day (2001) ejecutó esta adaptación más cercana al tiempo en cuanto al personaje histórico del Rey Arturo pero totalmente alejada a la realidad en todo lo demás. Mucho ruido y pocas nueces a imagen y semejanza de su mecenas, el señor Bruckheimer. Para amantes de grandes fuegos de artificio.

Desde hace ya 60 años, en cada una de las décadas que se han recorrido un loco ha ambicionado conseguir la adaptación absoluta sobre la leyenda arturica. En este recién iniciado decenio, el elegido parece ser Bryan Singer, que ha marcado con una X la obra de John Boorman para hacer una nueva versión de la historia de la tabla redonda y sus caballeros, sospechosos habituales de valor, épica y mística.