sábado, 24 de diciembre de 2011

Rosebud

Ha llegado el invierno. La nieve ha invadido el jardín. A través de la ventana un niño observa como los copos cubren con un manto blanco lo que antes era una alfombra de colores, pero no le importa. Todo lo contrario. Su ilusión es poder salir a disfrutar de su regalo más preciado. Acaba de descubrir un trineo entre los presentes que había bajo el árbol de Navidad. No existe nada más. Con el tiempo entenderá que esa será la esencia de su vida, la ilusión infantil por un regalo navideño ante la falta de cariño y atención de sus mayores.

Ese niño se perderá en una Plaza Mayor rodeado de puestos de mercadillo y su abuelo gritará desesperado su nombre. La desesperación de ese niño se agarrará a un milagro en la ciudad para salir del atolladero o a un ángel que necesita de ese milagro para conseguir esas alas tan preciadas.

Ese niño no conocerá la indigencia por sí mismo pero podrá tener cerca a un pobre en su mesa dando rienda suelta a la hipocresía de los que tienen y reparten sus migajas a los desamparados limpiando así su miserable conciencia.

Ese niño se llama Charles y podrá llegar a dominar el Mundo a su manera. Ese niño se podrá convertir en el rey de uno de los mayores poderes de la civilización incluso tendrá la posibilidad de provocar guerras a su antojo, dispondrá de innumerables riquezas, se rodeará de las más bellas mujeres pero seguirá sin conocer consuelo, manteniendo sólo como ancla ese recuerdo, un regalo que viene de la infancia y que le dará el último halo de vida, que será su último aliento antes de abandonar.

Rosebud es la infancia, verdadero espíritu de la Navidad.


*Relato inspirado libremente en Ciudadano Kane, La gran familia, Milagro en la ciudad, Qué bello es vivir y Plácido.