miércoles, 6 de febrero de 2013

Django Unchainned

Quentin Tarantino comenta que sus películas son como sus hijos y que pone todo su cariño en ellas. Desde el primer minuto de metraje hasta la última promoción. Django Unchainned es la última criatura del director de Tenessee y por supuesto se deja en ella todo su Ser. 

Siempre se ha dicho que la ética y la estética de las películas de Tarantino responden en cierta medida a los spagueti western. Él nunca ha escondido esa influencia ni que en algún día acabaría haciendo su propia aportación a este subgénero.

Pues ese día ha llegado. Partiendo de un nombre mítico en el género, Django, interpretado en su día por Franco Nero, Tarantino homenajea a los Leone, Corbucci, etc., con una puesta al día del western, más moderno, más kitch, más pastiche de géneros, más Tarantino en definitiva.


El encuentro de los dos Djangos
Django, Jamie Foxx, un esclavo al que acaban de separar de su mujer también esclava, es "comprado" por un  cazarrecompensas alemán, Christoph Waltz, con el objeto de localizar a tres indeseables buscados por la justicia. El cazarrecompensas y el esclavo llegan a un pacto. Django ayudará a aquél en el cumplimiento de sus misiones y el cazarrecompensas a éste en el rescate de su mujer. Para ello deberán enfrentarse a 2 estupendos villanos: un tirano sureño interpretado por el gran y ninguneado Leonardo Di Caprio y un negro servil y sombrío con los rasgos envejecidos del mejor Samuel L. Jackson.
 
Quentin Tarantino nos presenta de esta manera su spagueti western. Nunca mejor dicho lo de "su" porque es evidente que por mucho que el Sr. Tarantino quiera ser fiel a un subgénero y a todas sus leyes, no hay más ley que la suya y Django Unchainned es más Tarantino que cualquier otra cosa.

Lo es para bien, y para no tan bien. La gran maestría para colocar la cámara, la habilidad para el montaje de las escenas, la estética de la violencia, los diálogos inspiradísimos, el don para encajar la música. Todo ello convierte Django Unchainned en un gran entretenimiento cinéfilo que se ve en ciertos momentos descompensado por la absoluta recreación en algunas escenas, en cualquier caso muy habitual en él. Eso sí, cuando el Sr. Tarantino se recrea en su barroquismo de manera acertada es capaz de alcanzar momentos sublimes como el de la escena previa a la gran explosión de violencia.

¿Y por qué es "su" spagueti western? Porque Tarantino ha conseguido que la gente reconozca cualquier película suya. Se ha convertido en un autor. Cualquier género que toca lo adapta a su personalidad y lo convierte a su propio sello. Y los que se parecen son imitaciones. Y a su vez consigue que nos recuerden a muchos otros. Porque mientras otros se inspiran en la vida, Tarantino se rinde al Cine. Porque como en todas sus películas se inspira en otras películas, incluso en otros géneros, hasta los carteles se inspiran en otros carteles, transformando todas sus películas en un cóctel que hace las delicias del espectador más friki. Tan friki como su autor. Consideradme friki.

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