jueves, 18 de abril de 2013

BoardWalk Empire (T-3) La mafia llegó al fin al muelle

Aunque este es un blog de cine de vez en cuando me gusta acercarme a lo que algunos consideran hoy en día el gran Cine, el que se rueda en platós y se emite en canales de televisión.  

Ya en su día destaqué una serie que merecía ser reivindicada por su enorme calidad, por la falta de publicidad y porqué no decirlo, porque nació y se ha desarrollado a la alargada sombra de la considerada obra magna de la TV The Wire. Por compartir autor, David Simon, y gran parte del reparto, Treme, que es la serie a la que me refería entonces, ha alcanzado las 3 temporadas condenada a serie de culto de un público muy limitado pero que sigue, seguimos, reivindicando.

Otra serie de HBO ha alcanzado la 3ª temporada. Sin embargo, ha realizado o está realizando un viaje inverso hacia el anonimato de Treme. El proyecto de Boardwalk Empire comenzó como un gran acontecimiento mediático. Era una serie perpetrada para aunar calidad y audiencia. Premios y elogiosas críticas. La batuta de la serie la llevaba el gran Martin Scorsese (Godfellas), la pluma de Terence Winter (Los Soprano) y su temática, una de las que más gustaban a sus autores y al gran público: los gangsters. 

Ambientada en la época donde mayor popularidad alcanzó el crimen organizado, los años 20 bajo el régimen de la Ley Seca (que hay más vintage que esto por si os seguís preguntando que hace este post en este blog), se antojaba una serie repleta de nombres populares: Capone, Luciano, Rothstein, Masseria. Todos estábamos en ascuas ante el gran estreno del piloto. 

La calidad era indiscutible. La de sus guiones y la de sus intérpetres. Aunque nos costara acostumbrarnos a ver a Steve Buscemi como Nucky Thompson, capo de Atlantic City - ciudad donde se desarrolla la acción - y del contrabando de alcohol, su trabajo era intachable. Del mismo modo que el de Michael Pitt y el de unos secundarios de lujo cuyas apariciones nos sabían a poco, por su pasado en otras series ya mencionadas en este post, Michael K. Williams, por su presente de actor inquietante, Michael Shannon, o por ser el gran descubrimiento de la serie, Shea Whigham.

Sin embargo, cuando fue avanzando la primera de estas temporadas el público, y me incluyo, se desilusionó. El espectador esperaba fuegos artificiales. Ansiaba tramas mafiosas, negociaciones, alianzas, traiciones, bandas, tiroteos. Todo eso se nos mostró a cuenta gotas y, en todo caso, servía como subtrama para  contextualizar a unos personajes protagonistas cuyas preocupaciones principales eran más bien personales o sentimentales. El público quedó un tanto decepcionado y aunque Steve Buscemi consiguió todos los premios habidos y por haber, la expectación que había generado se desinfló un tanto.

La segunda temporada fue ganando en tensión pero las principales tramas seguían siendo "familiares". La temporada se cerró de forma modélica con el final de la historia de amor-odio entre el maestro Nucky Thompson-Steve Buscemi y el alumno Jimmy Darmody-Michael Pitt, pero el reconocimiento de la serie, su repercusión, parecía haber quedado en un segundo plano ante otras mucho más espectaculares. 



Así, ante la pérdida de relevancia en el público y en los medios parece que los rectores de BoardWalk Empire han querido volver a la primera plana y han satisfecho lo que reclamaba el gran público. La tercera temporada ha puesto al fin todas las fichas mafiosas sobre el tablero, o sobre el muelle si se quiere. Así, mientras en temporadas anteriores, las bandas de Chicago o Nueva York iban y venían de Atlantic City como Nucky Thompson se paseaba por el muelle, en esta tercera temporada vinieron para quedarse, o por lo menos para intentarlo. 

Atlantic City se convierte al fin en esta tercera temporada en el centro de operaciones de la mafia de las grandes metropolis. Todos quieren el control del contrabando del alcohol y se suceden las tan esperadas alianzas, traiciones, estrategias, y por supuesto, los tiroteos y las matanzas. Con un enemigo tan cruel, despiadado e irracional a las antípodas del maquiavélico, elegante y calculador Nucky. Y por fin descubres el porqué de Michael K. Williams o Michael Shannon e intuyes cuál será su predominante papel en sucesivas temporadas, así como los de los Capone o Luciano. 

Pero por encima de todos sigue estando él: Nucky Thompson. Al que odiamos y amamos a partes iguales. Porque Nucky es el epicentro de todo, de la ciudad en la sombra y de la trama en lo fundamental.  Abarcando el alfa y el omega de toda la serie. Nucky emprende un viaje iniciático en el que casi se deja la vida. Desde la opulencia y soberbia con la que comienza, pasando por sus debilidades, su lado más oscuro y su crueldad, hasta su caída y redención. Sus 2 últimos capítulos como proscrito de los gangsters, huyendo, buscando refugio y aliados y tramando una venganza final dejan al espectador al borde del orgasmo mafioso y con ganas de más. 

Ya lo dice el manual de todo gangster. Si quieres sobrevivir, cuánto más cabrón, más efectivo. Y Nucky puede llegar a ser muy cabrón.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario