martes, 26 de marzo de 2013

Tarantino 50

Si algún director cinematográfico ha marcado de manera capital la cultura popular de los últimos 20 años ése no ha sido otro que Quentin Tarantino.

Hace poco comentaba aquí su divertida, entretenida y, por extensión, magnífica última película Django Unchainned. Ya entonces señalaba la trascendencia adquirida por este director al cual ya se le puede catalogar de autor al haber creado un sello propio que otros aspiran imitar, ya sea en la frontera Tex-Mex o en los suburbios londinenses.

Como ya dije entonces, Tarantino ha creado su propio género, un género cinematográfico que crea historias a partir de lo que él mejor conoce: El Cine. Sus puntos comunes, la ética de sus personajes, la violencia como única solución a las situaciones límite que se presentan a la manera del más puro western y el pastiche de géneros completan su estilo de hacer las cosas.



Señalado y criticado por la violencia excesiva de sus películas, siempre se ha defendido alegando que se trata de una violencia irreal, estética, coreografiada hasta el punto que, cosecha propia, la sangre de sus matanzas brota de manera armónica como si todo fuera una perfecta composición imagen-sonido-música-movimiento.

Yo añado a lo anterior que su violencia y sus películas no tienen otra referencia que las propias películas, de ahí que no deba escandalizarse el público más conservador. Su violencia surge de la ficción cinematográfica y no de la realidad, por tanto, nada provoca su cine, ni siquiera de forma mediata ya que imita más bien la violencia propia del cine visto durante décadas por este enfermo hasta la obsesión del Séptimo Arte que no la de la propia realidad que vemos, por ejemplo, cada día en los telediarios. 

De igual forma, su manera de contar historias le hace único. Ya no sólo por el estilo narrativo donde nunca se construye una historia a partir de un relato lineal. Tarantino, por suerte, se perdió la clase en la que se explicaba en la escuela que la línea recta era el camino más rápido para llegar a un lugar. Para evitar tan manida línea recta ha  utilizado flashbacks en imagen real o animación, la narración desde diferentes perspectivas de la acción, las elipses temporales o la narración epistolar. Pero su escritura no sólo destaca por lo anterior sino también por sus diálogos ocurrentes llenos de mala baba y en ciertos momentos encantados de conocerse o por la maravillosa creación de personajes que quedan en la retina de la memoria y, cómo no, por los homenajes continuos a películas o tramas inspiradas ampliamente en otras tramas, pero siempre con su estilo propio. El estilo Tarantino.

Sin embargo, la influencia de Tarantino va más allá de su trabajo como director-guionista-productor-actor ocasional y de ahí su trascendencia en la cultura popular. La estética y ética de su cine se ha trasladado al imaginario colectivo. Recitamos frases, recordamos diálogos o escenas, tarareamos la música que las acompañaba o imitamos la ropa con la que se vestían o el look que caracterizaba a sus personajes. Y nos disfrazamos con las camisetas dibujadas con las imágenes o las sentencias de sus películas porque sus hijos, como llama Tarantino a sus películas, han abandonado el hogar paterno para formar parte del acervo cultural que nos rodea.



De las discusiones por las propinas al origen de Like a Virgin. De las hamburguesas en Europa a los pasajes de la Biblia. De los orígenes de una asesina japonesa a la kriptonita de Superman. Del diario de un actor especialista en choques de coche a las mejores armas del mercado. De la diferencia entre ratas y ardillas a la de asesinos y cazarrecompensas.

Del señor blanco al señor naranaja. De Vincent Vega a Mia Wallace. De Jackie Brown a La Novia. Del especialista Mike al coronel cazajudíos Landa. De Django Freeman al Doctor Schultz. El sr. Rosa, el Sr. Lobo, Jules, Butch, Marcellus Wallace, O-Ren Ishii, Bill, Elle Driver, Aldo Raine, Shoshanna, Calvin Candie, Stephen,...

Desde los trajes negros de los reservoir dogs o de los matones de Pulp Fiction a la coletilla y la gorra del revés de Samuel L. Jackson. Del chándal amarillo con raya negra de Uma Thurman a la impecable percha de traje chaqueta con camisa abierta y parche a juego de su archienemiga Daryl Hannah en ambos volúmenes de Kill Bill. De los impecables uniformes militares nazis y vestidos de femme fatale a la cazadora de terciopelo verde y gafas de sol redondas de Django.

De los clásicos adaptados de Bernard Herrmann, Lalo Schifrin o Ennio Morriconne a otros populares como los de Jonnhy Cash o Ricky Nelson. Del Little Green Bag de George Baker acompañando a los Reservoir Dogs al Stuck in the middle with you y la oreja (sí, esa oreja). Del You never can tell y Travolta bailando again al Girl, You´ll be a woman soon de Urge Overkill que Uma Thurman destrozaba al compás del reproductor y de la coca. De Jackie Brown cruzando el aeropuerto cargada con un alijo mientras suena Across The 110th Street de Bobby Womack pasando por Down in Mexico de The Coasters y su baile tórrido dedicado. O finalmente al Django que todos cantamos alargando la o hasta el final de nuestro aliento.

Y así, incontables recuerdos que se han quedado grabados en nuestros recuerdos. Ya no se trata tan sólo de películas mejores o peores sino de películas con las que el público se identifica, un público más irreverente que el de épocas anteriores porque aquéllos tenían al cine como imaginario mientras que el actual tiene todo tipo de fuentes tanto presentes como pasadas, referencias pop que invaden nuestras mentes. Esas mismas referencias que Tarantino nos ofrece y que le convierten, no ya en un autor moderno, sino en nuestro autor más contemporáneo.

Ahora que cumple 50 años, ahora que el otrora niño rebelde de Hollywood se ha convertido en maestro amenaza con dejarlo, con iniciar una nueva etapa en su vida alejado de sus creaciones porque como él también ha manifestado es mejor retirarse en un momento álgido. Y yo añado, antes de que no haya más jugo que exprimir de su arte. Algo me dice que será así. Que sabrá hacerlo a tiempo. Como sus personajes,   desaparecerá manera súbita, abrupta o violenta. Y no dejará un bonito cadáver pero sí un digno cadáver. Lo hará como siempre, a su manera. Siempre con estilo.

jueves, 14 de marzo de 2013

Los 40 mandamientos de El Padrino


Queridos  lectores, 

Como buenos feligreses cada año debemos renovar nuestros votos con El padrino. A continuación os transcribo el post que publiqué en el blog treinta y tantos el 11 de abril de 2012 con motivo del 40 aniversario del estreno de El padrino. Que lo disfrutéis.

"Nueva York. 15 de marzo de 1972. Una multitud se arremolina a las puertas del cine para ver pasar al equipo de la premiere de una película que se convertirá en una religión. Un joven barbudo y un actor otrora idolatrado se acompañan de un grupo de jóvenes promesas del cine. Nadie sabe cuál va a ser el recibimiento del film por parte de crítica y público. Muchas expectativas se han levantado debido a la obra que adapta el film, una novela sobre una familia de la mafia.

40 años después, se confirma que las expectativas que tenían todos no se cumplieron. Se vieron superadas y trascendieron más allá de su época y del cine. El Padrino entre en la edad madura con muy buena salud. Miles de análisis se han hecho ya sobre la película en el último mes así que como buen hombre de leyes que soy, y para no repetir fórmulas, voy a intentar desglosar la filosofía de todo el Universo Corleone en una serie de normas, que os ayudarán para progresar en la familia, para vivir o, simplemente, para poder sobrevivir a El Padrino, a sus enemigos o a ti mismo y a tu destino. En el 40º Aniversario de El Padrino os presento las Tablas de la Ley para ser un buen miembro de la Familia. He aquí los 40 mandamientos de El Padrino:

  1. Si crees en el Estado deberás recordar siempre que has de respetar y creer más en tus semejantes, en aquéllos que una vez protegieron a tu familia.
  2. Cuando uno de tus amigos se crea enemigos, se convertirán en tus enemigos.
  3. En caso de que te sea concedido un favor, tendrás que servir a quien te lo concedió.
  4. Si quieres dar una lección lo harás siempre sin demasiado entusiasmo. Que no piensen nunca que tú y los tuyos sois unos asesinos.
  5. Nunca dejarás que nadie, absolutamente nadie, te haga una foto.
  6. Siempre atenderás las peticiones que te hagan el día de la boda de tu hija.
  7. No pedirás un segundo favor si se te niega el primero.
  8. Harás ofertas que no podrán rechazar.
  9. Nunca hablarás cuando debas escuchar.
  10. En caso de ser chófer de un capo mafioso, no te pondrás enfermo cuando sea tiroteado por sus enemigos.  
  11. Nunca te irás en el asiento de delante de un vehículo si alguien lo hace detrás.
  12. Cuando hables de negocios no dejarás que nadie de fuera de la familia sepa lo que estás pensando.
  13. Cuando atentes contra la vida de alguien, te asegurarás de su muerte.
  14. Si recibes un pescado en la puerta de tu casa, sabrás que alguien cercano a ti está durmiendo con los peces.
  15. No matarás a un capitán de policia de Nueva York.
  16. Nunca te reunirás en un restaurante con servicios de aquellos antiguos.
  17. Tendrás siempre preparado un revólver en la cisterna del retrete.
  18. En una reunión de negocios no permitirás a nadie levantarse a mear.
  19. Cuando asesines a alguien en un lugar público, dejarás caer el brazo y soltarás el arma. Escaparás deprisa pero sin correr, sin fijar la mirada en nadie pero sin dejar de mirar.
  20. Cada cinco años organizarás una Guerra entre familias con el objeto de soltar la mala sangre.
  21. En caso de incumplir la regla 15, organizarás una campaña mediática de desprestigio del asesinado.
  22. Nunca hablarás de negocios en la mesa.
  23. No te harás cargo de ninguna carta dirigida a un proscrito de tu organización.
  24. Nunca te detendrás en un peaje sin escolta.
  25. En caso de huir a Sicilia pedirás siempre referencias de tus escoltas. 
  26. Mantendrás a tu mujer alejada de los volantes. 
  27. No compartirás a los jueces y los políticos metidos en tu bolsillo.
  28. No agrederás a ningún miembro de la familia de tu Don.
  29. Nunca te pondrás del lado de nadie que vaya contra la familia. Nunca.
  30. No aceptarás una reunión con tu mayor enemigo con alguien de tu total confianza.
  31. Si eres hombre, no serás confiado.
  32. Colocarás a alguien que se ocupe de controlar las llamadas tanto de los tuyos como de los ajenos.
  33. Nunca serás un muñeco en el hilo de los poderosos.
  34. Tendrás siempre cerca a tus amigos pero todavía más a tus enemigos.
  35. No comerás naranjas.
  36. Nunca dirás que eres inocente porque será un insulto para la inteligencia.
  37. Si alguien concierta una reunión con tu peor enemigo,  sabrás que ése será el traidor de la familia.
  38. Acometerás tus funciones igual que lo haría un Presidente, o un Senador.
  39. En caso de ser mujer de un miembro de la familia nunca, nunca, preguntes por sus asuntos.
  40. Si se incumple la anterior regla lo permitirás una sola vez y lo negarás todo.  



En cualquier caso siempre has de recordar 2 últimas reglas básicas que te deberán acompañarte siempre. El Padrino, como Universo propio dentro del Cine, rompe con uno de esos principios fundamentales del Cine que proclama que las Segundas Partes nunca fueron buenas. En este caso, es mejor. Y, por supuesto, cualquier situación, cualquier acción que te afectee por una u otra razón, no deberás tomártela como algo personal. Son sólo negocios.

Cent Anni Padrino."